Publicado por Néstor Méndez Saldaña El Día miércoles, 15 de agosto de 2012


Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. (Proverbios 3:5-6)

Quizás te resulte algo disparatado el título de este devocional, pero he aprendido tanto de esos “animales” que puedo aplicarlo al ser humano.

Los cangrejos tienen patas a cada lado de su cuerpo, y delante tienen dos grandes tenazas. Su caminar es algo que los identifica. Caminan hacia los lados, ya que si caminaran hacia el frente, debido al peso de sus tenazas, éstas se incrustarían en la arena. Dentro del agua, nadan hacia atrás cuando hay señal de peligro.
Cuán parecidos somos muchos cristianos. A veces hay cristianos que prefieren caminar de lado, se van para allá, vienen para acá, pero no caminan hacia adelante porque no quieren asumir la carga que implica avanzar. Cristianos que en medio de sus problemas, en vez de ir hacia adelante, ven peligro y se echan atrás creyendo que Dios los ha abandonado.

Un relato bíblico ejemplifica perfectamente lo que estoy queriendo decirte. Lee Jonás capítulos del 1 al 3. Jonás, profeta de Dios, es enviado por Él a Nínive para advertirles que si seguían en desobediencia, el Señor destruiría su ciudad. Imagínate el peso para Jonás, ir a decirles a un grupo de rebeldes “Obedezcan a Dios”. ¡Era una responsabilidad muy grande!

En vez de ir hacia adelante, recordando que Dios lo ayudaría a hablar delante de esa gente, Jonás se comportó como un cangrejo. Tomó un barco que iba en dirección contraria a la que Dios lo había enviado. No quería saber nada con tener que enfrentarse con esa gente, estaba huyendo de una orden de Dios.

Hoy en día no es muy diferente, tenemos miedo al qué dirán, tenemos miedo a avanzar, tenemos miedo a que por nuestra desobediencia Dios nos abandone. Nos hemos quedado en un molde, nos hemos quedado en la comodidad. “Si aquí me va bien y Dios me bendice, ¿Por qué debo moverme?” ¡Porque es una ORDEN de Dios! ¡Porque quizás el propósito de Dios esté fuera del alcance de tu mente! ¿Hasta cuándo vas a escapar del que Todo lo ve?

No guiemos nuestros pasos con nuestra inteligencia, dejemos que el Espíritu Santo nos guíe con su Sabiduría Divina. Dejemos que Dios allane nuestras sendas, que nos permita ver que ninguna carga será mayor que Su misericordia. Cuando Dios nos envía a terrenos peligrosos, lo hace con todas las armas, medios, capacidad y habilidad para que tú puedas estar allí protegido.

Debes reconocer que tu Dios es más grande que todo lo que te pueda sobrevenir, sólo así podrás avanzar, en vez de ir de lados o retroceder. “¡Éste es nuestro Dios! ¡Nuestro Dios es un Dios eterno que siempre guiará nuestra vida!” (Salmos 48:14) Dios siempre guiará nuestra vida, no sólo nuestros pasos, nuestra VIDA. Nuestras decisiones, nuestras metas, nuestros sueños, TODO será guiado por Dios si reconocemos que Sus planes son mejores que los nuestros.

“Cuando a Dios le agrada la conducta de un hombre, lo ayuda a mantenerse firme. Tal vez tenga tropiezos, pero no llegará a fracasar porque Dios le dará su apoyo.” (Salmos 37:23-24) Tú tropezarás, Dios lo sabe. Pero jamás llegarás al pozo del fracaso, jamás te hundirás si tus pasos están afirmados en Cristo. Cuando la humildad domina en tu vida, y guardas la palabra de Dios en tu corazón, caminarás de una forma que a Dios le será agradable y digna de bendecir.

¡NO SEAS CANGREJO! Entrega hoy tus pasos al Señor, y deja que Él te lleve al lugar adecuado, con los medios adecuados y que una vez te establezcas en Su confianza, te dé una vida en abundancia.

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