Publicado por Néstor Méndez Saldaña El Día miércoles, 22 de agosto de 2012


 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora: Tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar y tiempo de sanar; tiempo de destruir y tiempo de construir; tiempo de llorar y tiempo de reír, tiempo de estar de duelo y tiempo de bailar” 
Eclesiastés 3, 1-4.

He visto varios jóvenes que se afanan por tener una relación y más en este mes que es llamado “el mes del Amor”, por ejemplo en facebook pasan horas sentados enfrente de la computadora buscando a alguien, y muchos hasta llegan a mentir con tal de impresionar a esa persona con la que quieren establecer una relación, sé que la falta de una pareja habla de un vacío importante, pero de ninguna manera define a la persona total.
Todos necesitamos sentirnos amados, valiosos, importantes, pertenecientes, capaces y útiles para el sexo opuesto y eso llegará en su debido momento. Tú decides continuar o parar de sentirte infeliz.
He oído decir que si a ti te aprieta un zapato lo más lógico es que te lo quites y tu pie descansara.
Es el ser humano quien decide si acoge en su corazón el sentimiento que le quita la paz o se libera de algún modo. Dios tiene su mano tendida para levantarte en victoria, por dura que consideres la prueba ya sea porque estás solo o sola, Dios es un Dios fiel y tiene grandes cosas para nosotros, en su tiempo y no en el nuestro.
Impacientarse lleva a forzar situaciones que no vienen de Dios. La perturbación no puede ser la constante, los inoportunos comentarios de amigos no te pueden quitar la paz, la comparación con las demás, la autocompasión por tu frustración, y la presión del mundo no quita ni pone un codo más a tu estatura. Eso sólo lo puede hacer Dios.
Cuando decidas parar de auto compadecerte o de desesperarte porque no tienes una pareja con quien compartir tanto amor que tienes para dar; en ese momento te llegará lo que esperabas tan ansioso. Aprovecha el tiempo de tu soltería estableciendo relaciones de amistad y gozándote responsablemente ese tiempo libre ahora que puedes.
Dios ya tiene un ser para ti, el que tú quieres, como lo quieres, no presiones la obra de Dios, no reniegues, porque de eso se alimenta el enemigo para hundirte en depresión y hacerte sentir feo, viejo y demás sentimientos de baja autoestima.
Debes quitarte el zapato que te aprieta y descansar tu pie. Debes amar a Dios, entregarle lo que sientes y pedir que el haga su voluntad en ti que es agradable y perfecta. Por lo demás eres una criatura de Dios, la impaciencia te angustia y te quita la paz pero, está en ti dominar tus emociones y no que ellas te dominen a ti.


“DIOS NO TE HA DADO UN ESPIRITU DE COBARDÍA SINO DE PODER, AMOR Y DOMINIO PROPIO”
(1 de Timoteo 1, 7)

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